lunes, enero 15, 2007

La sociedad civil se organiza

A continuación transcribo de manera textual una nota escrita por Alejandro Rojo Vivot, comunicador, miembro de la ONG Participación Ciudadana y flamante incorporación de la representación de la Fundación Avina en la Patagonia.
En el artículo destaca la necesidad de una mayor articulación entre los miembros de las sociedades para generar democracias de calidad.

También cuenta la experiencia de Articulación Patagónica, una Alianza de organizaciones y personas patagónicas de Chile y Argentina que promueve la creación de un espacio abierto y horizontal de la ciudadanía patagónica binacional para intensificar la reflexión y el debate democrático de ideas; establecer un libre intercambio de experiencias; elaborar propuestas y articular acciones entre aquellos abocados a promover procesos de transformación sociocultural en pos del desarrollo sostenible de la región.

ARTICULACIÓN PATAGÓNICA

Por Alejandro Rojo Vivot

La Patagonia es una inmensa Región con un enorme potencial tanto por sus habitantes como por sus recursos naturales; la generalización de una democracia de calidad en todo su territorio contribuirá en mucho a alcanzar óptimas condiciones de vida para todos quienes la pueblan.

Es claro que el mero crecimiento económico poco incide en el mejoramiento general de las bases necesarias para el desarrollo de toda la población; las condiciones estructurales de cada localidad y región poseen un alto impacto en cómo se desenvuelve cotidianamente la existencia de cada mujer y de cada hombre. Además, quienes son más vulnerables más necesitan de un contexto proclive a zanjar las asimetrías pues, difícilmente solos puedan atravesar el nefasto círculo vicioso de la pobreza y la marginación.

A lo antedicho debemos agregar de manera destacada que, únicamente con una extendida y profunda democracia de calidad es viable edificar una sociedad transparente donde la equidad marque siempre el rumbo como una impronta indeleble.

Por otro lado, ya entrados en el siglo XXI, y antes, hemos comprendido cabalmente que el esfuerzo individual y aislado en procura de mejorar nuestro sistema democrático poco o nulo impacto logra en la comunidad, por más loables sean los empeños puestos en juego.

Hace tiempo que en la Patagonia se comenzó a gestar un movimiento de articulación entre las organizaciones de la sociedad civil, sobre todo las que tienen incidencia en las políticas públicas. Los inicios fueron pausados aunque siempre se logró mantener un ritmo creciente.

Las primeras acciones se focalizaron en ampliar los mutuos conocimientos y en entablar sólidas confianzas a lo largo de toda la extensa geografía; ya eso significó una labor de gran envergadura tanto por las distancias como por los inadecuados y costosísimos medios de comunicación zonal. Más adelante se iniciaron las primeras experiencias de trabajo entre organizaciones de una misma localidad y los esbozos incipientes de los dirigentes sociales por aumentar su visión, logrando así perspectivas más amplias tanto por la diversidad como por la dimensión geográfica.

Desde luego que hay valiosos antecedentes en tal sentido pero, lo que aquí describimos es el esfuerzo más generalizado y cuidadosamente tejido mientras, al mismo tiempo se consolidaba la urdiembre de trabajo mancomunado.

También, con particular fuerza en el último quinquenio, ha habido en la Patagonia una muy fuerte inversión en procurar una adecuada capacitación de los líderes sociales con el fin acompañar sus respectivos cometidos, procurando potencializar la eficiencia, el cuidado de sí mismos, la adquisición de habilidades estratégicas y, por caso, la resolución de conflictos y manejo de crisis.

Poco a poco el mapa bi nacional de la Patagonia se fue poblando de acciones articuladas y el intercambio de información y experiencias entre los dirigentes de la sociedad civil se multiplicaron, tanto en su alcance como en su incidencia. Hoy en día los mecanismos y el flujo de las comunicaciones tienen un significativa cobertura tanto que, a la menor alerta en cualquier punto de la Región, inmediatamente decenas y decenas de organizaciones están dispuestas para la acción concertada a pocos metros o miles de kilómetros de distancia.

Sin duda que el genuino avance en cuanto a la participación ciudadana responsable y con capacidad de gestión contribuye en mucho al mejoramiento de la calidad de la democracia; la extensión de ese proceso articulado en toda la Patagonia establecerá un nuevo escenario, tan urgentemente reclamado, para que en esta reserva de vida la existencia de todos los habitantes sea digna de la condición humana sin distinción de ninguna naturaleza.

Contacto con el autor:
Alejandro Rojo Vivot
alejandrorojovivot@gmail.com

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