viernes, junio 02, 2006

¿Cuánto falta para que se maten?


Los tenistas profesionales han perdido los últimos pocos rasgos de caballerosidad deportiva que les quedaban. Festejan los tantos en la cara del rival (cuando no se los gritan como hace Hewitt con su odioso K-mon), protestan todos los fallos dudosos, jamás dan como buena una pelota del contrario y cuando ganan, antes de ir a saludar a su contrincante, hacen todo tipo de gestos ampulosos y demostraciones tribuneras como tirar pelotas al público, lanzar la muñequera al aire o revolcarse por el piso. Lejos quedaron los códigos de corrección y ética deportiva.

En los últimos años, la escalada de violencia entre los tenistas viene en marcado ascenso. A insultos, escupitajos y bravuconadas se le sumó la agresión física como la que protagonizaron esta semana el croata Mario Ancic y el chileno Paul Capdeville, quienes se propinaron empujones mutuos en el polvo de ladrillo de Roland Garros.


Ante este escenario la pregunta es casi obvia: ¿cuánto falta para que los tenistas se agarren a trompadas en el medio de la cancha?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece que dejó de ser el deporte de blanco. Buen análisis el que haces, no lo había pensado antes... es como el in your face del basket de hace algunos años. Después los árbitros comenzaron a penalizar esa clase de gestos porque incitaban al brote de bronca del contrario.
Quizás acá necesiten algo parecido.