viernes, febrero 17, 2006

¿Mundial consagratorio?


Una de las frases hechas en el mundo futbolero -sobre todo en el ámbito periodístico, que abunda en clichés- dice que el mundial es la prueba de fuego para las grandes figuras del fútbol y que es la única competencia que tiene el poder de consagrar a jugadores no como figuras ni megaestrellas -de eso se encargan el marketing y las promocionadas competiciones europeas- sino como héroes.

Al hacer un repaso de los últimos mundiales -al menos de los que se disputaron desde mi nacimiento en 1974- no son muchos los que catapultaron a verdaderos héroes futbolísticos. El caso más claro y unánime fue el de Maradona en el 86'. España 82, Italia 90 y Estados Unidos 94 no tuvieron héroes más allá de las buenas actuaciones de Paolo Rossi, Lothar Mattheus y Romario. Lo de Zidane en Francia 98 araña el heroísmo, pero ayudado por el condimento de la localía -que también comparte Kempes en Argentina 78- no llega a igualar lo de Diego. Ronaldo en 2002 se destacó pero tampoco alcanza el umbral del heroísmo deportivo al igual que Beckenbauer, que se asemeja a los casos Zidane y Kempes y que convivió con la luz que irradiaba Cruyff, quizás un héroe si hubiera podido levantar esa copa en Alemania 74.

Otro héroe aunque no contemporáneo mío fue Pelé. La pregunta es: ¿se puede esperar otro caso de heroísmo (deportivo, obviamente, ya que hay miles de héroes en otros ámbitos mucho más valiosos que Maradona y Pelé) o Diego y Edson Arantes representan un concepto de jugador que no existe en la actualidad? Y el siguiente cuestionamiento sería ¿quiénes están en condiciones de ascender a esa categoría en Alemania 2006? ¿Podrán Ronaldinho, Henry, Riquleme, Messi, Tévez o Rooney escribir su página de gloria?

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