En los últimos años, el tercer sector -o mundo de las organizaciones de la sociedad civil- debatió y puso en tela de juicio la validez y pertinencia de varios términos. Uno de los conceptos más combatidos fue la noción de solidaridad, pero no como acto caritativo -eso no se discute- sino como medio de conseguir cambios verdaderos y sostenibles en el tiempo. Como contrapartida, el ambiente de las ONGs adoptó terminologías provenientes del ámbito empresarial como planificación, proyectos, impacto, retorno de la inversión, etc.
En sintonía con este cambio de paradigma y como un medio para inspirar a otras personas a generar un impacto positivo en sus vidas y en el medio ambiente, los consultores suizos Joanna Stefanska y Wolfgang Hafenmayer decidieron escribir el libro My Impact, que aún está en proceso de redacción e incluye entrevistas a personalidades de todo el mundo que han logrado un gran impacto positivo a través de las acciones y proyectos de cambio que llevan adelante.
Un excelente ejemplo de acción filantrópica innovadora y con un alto retorno de la inversión en capital social, desarrollo sostenible y capacidad instalada, es el caso del empresario suizo Stephan Schmidheiny, quien a través del fideicomiso VIVA -que incluye a la Fundación Avina y al conglomerado empresarial Grupo Nueva- logró generar un círculo virtuoso que genera cambios positivos con visión de largo plazo.
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