martes, septiembre 04, 2007

Un mes en el infierno

Parece exagerado pero eso es lo que transmiten las primeras líneas del blog de Alejandro Seselovsky, periodista de Rolling Stone, que se internará un mes en un call center para relatar la experiencia a través de su Diario de un telemarketer. El experimento es osado y el primer post promete un relato sin tapujos.

7 comentarios:

=Mat= dijo...

Suena muy interesante. Gracias por la data.

Faco dijo...

Típica idea que uno la ve y piensa "demonios, por qué no se me ocurrió." Gracias.

Mi musa insolente dijo...

Leí el primer relato de este flaco de la RollingStone y debo decir que, por ahora, tengo mis serias reservas sobre la efectividad de su juego. ¿Que es original? Tal vez. Sobretodo porque se trata de un periodista de un medio reconocido, buscando embaucar a una empresa explotadora. Lo cual suena simpático.

¿Que es osado, como sostenés? Como decía, tengo mis serias dudas. Pero, bueno, habrá que ver cómo evoluciona su relato.

Laburé hace unos años en un CallCenter, lo mismo que una buena parte de los jóvenes que ingresamos en el mercado laboral a finales de los años noventa y principios del siglo XXI. La experiencia –¿cabe alguna duda?– fue bastante desagradable, pero me permitió arribar a un par de conclusiones poderosas. La principal de ellas es que, si nos quedamos con lo anecdótico de la explotación individual, y no somos capaces de articular un diagnóstico de por qué pasan las cosas que pasan, estamos en el horno. Si queremos denunciar el maltrato, la precarización de las condiciones de trabajo, la persecución de aquellos que luchan por sindicalizarse y laburar dignamente, cosas que ocurren cotidianamente en estas empresas, lo fundamental es avanzar hacia una explicación de fenómenos como la flexibilización laboral, la tercerización del proceso de trabajo, la pauperización de las condiciones de vida de amplios sectores sociales de este país, etc. En una palabra, hacer entender por qué existen espacios tan merdosos como los CallCenters.

Ahora, si no logramos superar el racconto de las angustias individuales, si nos quedamos en el progresismo auto-complaciente y pelotudo de la actitud Buenos Aires, muy orondos porque narramos las miserias de unos cuántos, allí hay un problema. Nos desahogamos bufando un ¡qué barbaridad! y volvemos a la anemia política de siempre.

Todavía, tengo fe en que no ocurra en este caso.

Por cierto, muy bueno tu blog. Saludos.

Guillermo dijo...

La verdad, que me pareció una boludez con perdón del término. El Call Center es un laburo como cualquier otro, que tiene sus cagadas y sus cosas buenas (a veces, y son las menos) pero que si lo tenes que hacer lo haces. Se nota que este flaco está muy acostumbrado a rascarse el higo y que todo le llegue de arriba. Para lso tipos asi cualquier cosa que represente una cuota de sacrificio es el infierno.

Anónimo dijo...

Acuerdo totalmente con Esteban.
Todos sabemos cómo se trabaja en un Call Center. No es novedad.
Y tiene que ver con una estructura que permite estas y mil explotaciones más.

Herbie dijo...

Esteban, la idea no es original ni a palos.
Es nueva en la Argentina en todo caso.

Anónimo dijo...

Selfbombo: En www.alsur.wordpress.com entreviste brevemente a Seselovsky.
Abrazo
Martin