Ni bien estalló el conflicto del gobierno con el campo, allá por el mes de marzo, cada persona que me cruzaba me preguntaba a favor de quién estaba. Esa misma trampa es la que puede presentarse ahora, luego de que las partes no llegaran a un acuerdo.
Digo trampa porque la opción Gobierno o Campo es una falsa dicotomía y distrae del verdadero debate que a mi juicio tiene que ver con la institucionalidad. Más allá de opinar acerca del porcentual de retenciones deberíamos enfocarnos en la institucionalidad de la medida.
Y creo que ese es el punto débil del gobierno y lo que llevó a los estratos medios a inclinarse para el lado del campo. Se percibe cada vez más un rechazo al estilo de gobierno patotero y decretista, máxime en una medida que tendría que haber pasado por el Congreso. Esperemos que el gobierno pueda recuperar un poco de institucionalidad y no vuelva a generar una crisis innecesaria como la que se vivió hace 50 días.
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